Polaris


Si la tuviera a mi alcance
no callaría su nombre
pensando que, amorosos
se unen en la duermevela
            -pero ellos, que inventaron
             maquinarias
             en la altanoche-
 
mientras yo, aquí
             sin tórax
             sin rostro y sin bandera
sonámbulo
muerto de sueño
muerto de sueños
                      no oigo
                      no veo
                      no pienso
repito para mi máscara de azogue: 

Puedo escribir los versos / más tristes esta noche

Ahora, tiritan azules mis brazos
porque ella modificó los mapas estelares
y los barcos trazan
absurdas trayectorias
buscando la estrella polar
que ella escondió entre sus piernas. 

Si estuviera aquí
mis palabras serían más que murmullos
         mis manos, más que sombras
      mis caricias, más que simulacros

Decálogo


Dios hace que de la calavera
florezcan los oídos
Pero sólo en la televisión
se abren las corolas y los ojos 

Él nos reza todos los días
Nos pide milagros
con fe ciega 

Dictemos sin piedad
Nuestros diez mandamientos

La copa de las ranas


La libertad bien vale un salto 

Podemos morir en el polvo
al pie de los peces
en el cerro, en la pirámide,
en el cubo de agua
o en el último charco desecado 

No hay brindis
en la copa de las ranas
No hay mérito
si se come en cautiverio 

Mejor la muerte anfibia
- ni acuática ni urbana –
mejor la lucha en el asfalto,
el brinco instintivo
al verde infierno de los batracios
que croar de hartazgo
en la copa de las ranas.