Cocodrilos en el Zahuapan

Era el tiempo de lluvia
Del raudo transcurso de las lágrimas
Sobre los guijarros del Zahuapan.
En los cerros blancos
Tu silueta blanca
Enormes muslos
que rodean a Tlaxcala
Mejillas erosionadas,
piernas entrelazadas
Pechos pulidos por el sol
blancas nalgas
Vestigios fósiles de amores imposibles.

Las nubes se desgajaban contra las crestas
La lluvia amenazaba las palabras

¿Cuántos cocodrilos lloraron
para inundar al Zahuapan de lágrimas?
¿Cuántos dejaron su piel secando al sol
para alfombrar su cauce de escamas
que al cabo de siglos se hicieron piedras?

No debiste venir a Tlaxcala
Para lidiar con voces sin historia
Envueltas en el olor
interminable
del Zahuapan

Quién eres tú
Que de repente apareciste en mi vida
Haciendo revivir la ilusión perdida
Que hace ya tiempo adormeció dentro de mí


¿
Para qué cruzar ese río
hinchado de fetidez
dolido de podredumbre
plagada de sombras su ribera
fatigado de arrastrar desechos
deshecho
incendiado de arbotantes
rumoroso de rocas sedimentarias
?

Quién eres tú
que inexplicablemente yo amo
Quién eres tú
que por tu nombre tanto llamo
Porque de ti
Sólo tu nombre yo conozco


Tus gestos
a
g
r
i
e
t
a
r
o
n
los cantos rodados
la irascible avenida de arena
el apetito de aguas y aguas
el caudal de recuerdos

Mis lágrimas
Desleales
Se disolvieron en el olvido

(Cuatro meses después)

El río seco
se ha plegado abyecto a tu contorno
Repito
las calles se retuercen trazando tu perfil
tu nombre
la piel de los cocodrilos
cada noche
se seca al sol
Mientras escucho el rumor de sus aguas

Pese a todo,
hay un c-a-m-i-n-o
- el Zahuapan -
que traza la distancia más larga
entre nuestros recuerdos